Sabado 9 de noviembre 2019 / Mayo 5, 2020 21:28
EL TREN DE LOS MUERTOS
Por Juan Carlos Cena MONAREFA
4 de mayo del 2020
Este trabajo fue sugerido por el Ing. Norberto Rosendo
En el año 1865, la colonial Buenos Aires se ve azotada por una devastadora epidemia de cólera. Debido a la gran cantidad de muertos el gobierno nacional, cuyo presidente era Bartolomé Mitre, decide habilitar, el 28 de abril de 1867, el "Cementerio del Sur" –hoy Parque Florentino Ameghino– en el barrio de Parque Patricios, actualmente Comuna 4.
El 27 de enero de 1871 se inicia una nueva epidemia, la fiebre amarilla, el 14 de abril de 1871, con el cementerio del Sur colmado, se decide habilitar el Cementerio de la Chacarita, el primer solar está en el actual Parque Los Andes, luego pasará al lugar actual.
La nueva epidemia de fiebre amarilla se cobró la vida de entre 14.000 y más de 17.000 habitantes de la Buenos Aires antes de la federalización, de acuerdo a las diferentes fuentes.
EL TRASLADO DE LOS MUERTOS
El nuevo Cementerio estaba alejado, para la realidad de aquellos años, esencialmente por la precariedad de la Ciudad, tanto en su infraestructura edilicia, calles y vías de acceso, como por la falta de agua potable, cloacas y servicios esenciales. Abarrotado por los conventillos y el hacinamiento. La fiebre se inicia en un conventillo del barrio de San Telmo, actual Comuna 1.
De tal forma, el traslado de los muertos al nuevo y alejado cementerio no resultaba sencillo en razón al pésimo estado de los caminos de tierra de la época. Es así cuando la Provincia de Buenos Aires, por entonces propietaria del Ferrocarril del Oeste decide tender un ramal por la actual avenida Corrientes hasta Chacarita.
Dada la urgencia de la situación se utilizaron cuadrillas de entre 600 y 800 hombres, nivelando el terreno para tender durmientes y rieles en tiempo record. La obra de 5,5 kilómetros de extensión, estuvo a cargo del ingeniero Augusto Ringuelet quien se comprometió a realizarla en 15 días y lo hizo en 14.
Es importante destacar que, un ramal de 5 kilómetros, en Alemania, lo habían realizado en 18 días… aquel tendido superó todas las expectativas.
Se habilitó también una estación especial en Corrientes y Bermejo (hoy Jean Jaures) a la que se conoció como ¨La estación de los muertos¨.
El tren de los muertos llevaba los ataúdes tapados por una lona y en el coche viajaban las familias que le daban su despedida, por cierto, era un viaje más que doloroso.
La conocida La Porteña fue la locomotora que tiró de aquellos coches y vagones. El servicio funcionó hasta 1886.
Las epidemias muestran las miserias, los excesos, las ensoñaciones de poder absoluto, pero también la grandeza y el heroísmo. En cualquier caso, la historia debiera servir para recoger las enseñanzas y no repetir los errores. Cuestión que no ocurre
También esta pandemia dejará lecciones, testimonios y experiencias que habrán de nutrir a la ciencia, a la literatura. Una pandemia que detuvo por primera vez al mundo entero en un lejano tiempo.
D. F Sarmiento utiliza como herramienta de traslado de los muertos y otros menesteres al ferrocarril. Fue una política del Estado. Hoy eso no ocurre. Recordemos nuestro trabajo sobre la historia de los Trenes Sanitarios oxidados, destrozados, abandonados.
LA PORTEÑA
Las primeras locomotoras que llegaron a nuestra tierras fueron bautizadas como “La Porteña” y ¨La Argentina¨. En el caso de La Porteña, fue construida por The Railway Foundry Leeds, llegó desde Inglaterra en barco y se necesitaron treinta bueyes para trasladarla hasta la estación del Parque, desde donde haría su primer viaje de 10 kilómetros aquel 31 o 31 de agosto de 1857.
Su primer maquinista se llamaba Alfonso Covassi, un italiano de la Toscana, y podemos decir que empezó con el pie izquierdo.
Se ajustaron los detalles y el ferrocarril del Oeste se convirtió en el orgullo del Estado de Buenos Aires, así se llamaba en esa época que la ciudad tenía autonomía de la Confederación.
El tren contaba con magníficos vagones de madera con detalles de lujo y el recorrido era hermoso: luego de un paseo por calles porteñas, más tarde el paisaje se abría a las quintas y los campos sembrados hasta llegar a Floresta.
Pero, 1871 no sólo le cambió la vida a los porteños, sino también a “La Porteña” que pasó de ser una elegante formación de viajes y paseos a convertirse en un tren fúnebre. Todos olvidaron su emblemático nombre y fue rebautizado como “El tren de la muerte”.
John Allan fue el maquinista que condujo el triste Tren de la muerte
El tren de la muerte sólo llevaba cajones.
En cuanto a la muerte: como decimos más arriba, difieren las cifras: los que tuvieron más víctimas son los italianos con casi 7.000 decesos, los argentinos y afroargentinos, casi 6.000 y los españoles cerca de 2.000 y alrededor de 2.500 entre alemanes, franceses, ingleses y otros.
John Allan también murió víctima de la fiebre amarilla.
Es decir, desde ese entonces, el ferrocarril ha cumplido un papel fundamental cuando hablamos de la salud.
La lucha contra el mal de Chagas, emprendimiento que encabezo el Dr. Salvador Mazza, utilizó al ferrocarril como herramienta fundamental de esa lucha. Luego, esa herramienta, el ferrocarril, fue utilizado por la Fundación Eva Perón con el papel sustancial del Ministro de Salud, Dr. Ramón Carrillo.
HISTORIANDO LOS TRENES SANITARIOS
Tren Alma – Construido en talleres Tafi Viejo
Tren Alma atendiendo pacientes
Tren Alma abandonado en Tafi Viejo
Tren Alma abandonado en Retiro
En talleres Tafí Viejo se construyó el Tren Alma, aprovechando el diseño aerodinámico del tren a Capilla del Monte, este Hospital rodante, cumplió una labor extraordinaria, en la prevención, asistencia, curación, vacunación, en su vasto recorrido.
Hoy en los países como España Francia han transformado formaciones de alta velocidad en hospitales ante la epidemia de corona virus.
Nuestros Trenes Sanitarios funcionaron hasta que Menem llegó para hacer cumplir el mandato de la industria del autotransporte automotor: parar los ferrocarriles, y paró. Luego, todos los gobiernos, hasta la actualidad continuaron con esta política.
La salud de la los habitantes no es fundamental.
Al ferrocarril lo detuvieron, destrozaron y desguazaron. A la vera de esos escombros territoriales desparecieron más de 1.200 pueblo.
Su sistema de salud derrumbado. 83 hospitales cerrados. El policlínico central hoy es un criadero de ratas.
Menem instaló un tren de la muerte
Menem lo hizo ¿Y? Está premiado por el pueblo riojano que lo votó para senador Nacional por la provincia de la Rioja. Pueblo diferente a la que perteneció el Chacho Peñaloza.
FUENTE: Buenos Aires Ciudad Industrial / Villa Crespo caso testigo de Elena Luz González Bazán / 2016.
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